La Posada del Pinar se asienta sobre un conjunto de edificaciones de los siglos XVII, y principios del XX, entre las que se encuentra una capilla destinada al culto por parte de sus antiguos propietarios.
Las tres plantas del edificio dan cabida a diferentes salones, uno de ellos con chimenea; el comedor, con bóvedas de crucería de ladrillo; los dormitorios, distribuidos en las dos plantas superiores; un cuarto de estar-biblioteca en la segunda planta, y en la tercera planta una sala de reuniones con capacidad para veinticinco a treinta personas y con espectaculares vistas sobre el pinar.
Se puede acceder a las plantas superiores a través de un ascensor.
Destacan en su decoración los muebles antiguos procedentes de Hungría e Inglaterra, que se han mezclado con elementos de la zona.
En el exterior, se ha habilitado un porche que sirve como zona de estar y comedor de verano.
La finca en la que se ubica la Posada tiene una superficie de 130 hectáreas, y pertenece a la comarca de Tierra de Pinares, caracterizada por sus suaves llanuras y frondosos pinares. Frente al porche se encuentran tres terrazas de césped que fueron diseñadas a principios del siglo XX, siguiendo la tradición romántica de la concepción paisajística.
La decoración de todas ellas se ha realizado siguiendo tres pautas: luminosidad, amplitud y antigüedades.
Cuentan con televisión, teléfono y bandeja con tetera y productos de acogida.
En el comedor de la Posada, exclusivo para clientes, se presta los servicios de desayuno, almuerzo y cena.
Además del desayuno, tipo buffet, se ofrecen como especialidades la sopa castellana con huevo, pisto, revueltos de níscalos en temporada, etc. También hay un horno de leña.
Se prestan bicicletas a los huéspedes, y se organizan paseos a caballo. En verano se habilita la antigua alberca para que los huéspedes se puedan bañar. Cuentan con zonas de juegos infantiles.
Admiten animales en el exterior de la posada.